jueves, 9 de julio de 2015

Unidad Didáctica 2 "Cuido mi cuerpo"

Cinco hábitos saludables para los niños

Los hábitos son esas acciones que, a base de repetirlas, se convierten en nuestra forma de hacer las cosas. Establecer rutinas saludables en la infancia es una INVERSIÓN en salud para toda la vida.

COMER bien, hacer deporte, beber agua o ver menos televisión son algunas costumbres que debemos APRENDER desde pequeños para llevar una vida sana. No hay que esperar a que tengamos problemas de salud o sobrepeso para establecer unos buenos hábitos de vida.

La prevención es, sin duda, la MEJOR APUESTA de futuro. El juego y el deporte son, junto a una alimentación equilibrada, los pilares de una vida saludable.

1. Una alimentación variada y equilibrada
Una alimentación variada garantiza que obtengamos los nutrientes que necesita. Por eso, aunque tengamos platos favoritos, es importante probar cosas nuevas. El gusto es cambiante y poco a poco ACEPTAREMOS la verdura o el pescado que al principio no queríamos ni ver.

El equilibrio se refleja en la proporción diaria de hidratos de carbono, proteínas y grasas. La alimentación de hoy día tiende a desequilibrarse: o tomamos mucha proteína o nos pasamos con los hidratos de carbono. La pirámide alimentaria ofrece unas cantidades y proporciones adecuadas. Hemos de tener en cuenta, las SIGUIENTES pautas:

Más fruta y verdura. Consumir cinco raciones diarias de fruta y verdura.
Menos proteínas. Reducir el consumo de carne a dos o tres veces por semana y tomar pescado en la misma proporción. Basta con comer cualquiera de estos una vez al día. Pero si tomamos de uno, no conviene hacerlo del otro.

Más cereales. Deben consumirlos diariamente en FORMA de arroz, pasta o pan. Menos comida rápida. Limitar al máximo la COMIDA rápida y la bollería industrial (contienen mucha grasa y calorías).

También es importante hacer un buen desayuno PARA asegurarnos de que nuestro organismo obtiene los hidratos de carbono que necesita por la mañana.

Buenos hábitos alimenticios. Establecer horarios fijos para cada comida. Hay que acostumbrar al cuerpo a unos horarios y limitar el picoteo ENTRE horas.
Planear las comidas con antelación. Así suelen ser más equilibradas y COMPLETAS. Podemos establecer un momento de la semana en el que diseñar el menú, y otro para comprar lo que necesitamos.

Compartir al menos una comida familiar. Es una OPORTUNIDAD para compartir nuestras experiencias del día a día en familia. Disfrutar de la cena todos juntos. En el caso de que haya faltado fruta, verdura o proteínas en la comida, todavía estamos a tiempo de compensar estas carencias.

Hacer las comidas más originales y apetecibles. La monotonía en la mesa produce insatisfacción e induce al picoteo.


2. BEBER AGUA
El 70% de nuestro cuerpo es agua, imprescindible para eliminar toxinas e hidratar todos los órganos. Apostar por el agua como bebida familiar es una opción de salud. Los zumos de frutas naturales son una buena alternativa, pero no conviene abusar de ellos, ya que contienen demasiados azúcares. 

3. BUENAS COSTUMBRES EN EL COMER
Es la garantía de que toma lo que necesita y APRENDEMOS a comer guiándonos por el hambre y no porque "toca" o por ansiedad. Para favorecer la conexión con nuestras sensaciones corporales, es importante:


Establecer un espacio tranquilo en el que comer permita entrar en CONTACTO con la sensación de saciedad. Una vez que ésta se produce en el estómago, tarda unos 20 minutos en llegar al cerebro. Por eso no es bueno que comamos muy deprisa, ya que, inconscientemente, estaremos consumiendo más de lo que realmente necesita. Las comidas deben tener un ritmo pausado, pero no ser eternas.

4. MENOS TELEVISIÓN
El tiempo que empleamos viendo la televisión se lo estamos quitando a otras ACTIVIDADES necesarias y mucho MÁS SALUDABLES.
Los niños pasáis frente a la pantalla entre tres y cinco horas diarias, cuando lo recomendable es de una a dos horas.
Conviene pactar un tiempo máximo y buscar otro tipo de actividades para disfrutar del tiempo libre.

5. MÁS ACTIVIDAD FÍSICA
El juego y el deporte son aliados imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Una hora de ACTIVIDAD física moderada al día mejora sensiblemente el ÍNDICE de masa corporal (relación entre peso y estatura) de los niños, incrementa su rendimiento escolar e incluso su estado de ánimo. Pero no olvidéis:

Nunca debe convertirse en una OBLIGACIÓN. Es más importante que divierta a que ayude adquirir habilidades. Si gusta, será más fácil que lo hagamosDiariamente, conviene guardar un espacio de tiempo exclusivo para la actividad física.

Más activos en lo cotidiano. Podemos buscar cualquier excusa para salir a la calle (pasear juntos al perro, sacar la BASURA, bajarse del autobús una parada antes). Un simple paseo mejora el estado cardiovascular tanto en los niños como en los adultos.

Organizar planes familiares al aire LIBRE. Son una buena forma de dejar a un lado el ocio sedentario. Disfrutar con ellos. Para integrar la actividad física como una satisfacción, conviene generar un recuerdo gratificante de ella.



Fuente: Dr. Juan Pedro López-Siguero, responsable del Servicio de Endocrinología Pediátrica del hospital Materno Infantil de Málaga


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