Cinco hábitos saludables
para los niños
Los hábitos son esas
acciones que, a base de repetirlas, se convierten en nuestra forma de hacer las
cosas. Establecer rutinas saludables en la infancia es una INVERSIÓN en
salud para toda la vida.
COMER bien, hacer deporte,
beber agua o ver menos televisión son algunas costumbres que debemos APRENDER desde pequeños para llevar una vida sana. No hay que esperar a que tengamos problemas de salud o sobrepeso para establecer unos buenos
hábitos de vida.
La prevención es, sin duda,
la MEJOR APUESTA de futuro. El juego y el deporte son, junto a una alimentación
equilibrada, los pilares de una vida saludable.
1. Una alimentación variada
y equilibrada
Una alimentación variada
garantiza que obtengamos los nutrientes que necesita. Por eso, aunque tengamos platos favoritos, es importante probar
cosas nuevas. El gusto es cambiante y poco a poco ACEPTAREMOS la
verdura o el pescado que al principio no queríamos ni ver.
El equilibrio se refleja en
la proporción diaria de hidratos de carbono, proteínas y grasas. La
alimentación de hoy día tiende a desequilibrarse: o tomamos mucha proteína o
nos pasamos con los hidratos de carbono. La pirámide alimentaria ofrece unas
cantidades y proporciones adecuadas. Hemos de tener en cuenta, las SIGUIENTES
pautas:
Más fruta y verdura.
Consumir cinco raciones diarias de fruta y verdura.
Menos proteínas. Reducir el
consumo de carne a dos o tres veces por semana y tomar pescado en la misma
proporción. Basta con comer cualquiera de estos una vez al día. Pero si tomamos
de uno, no conviene hacerlo del otro.
Más cereales. Deben
consumirlos diariamente en FORMA de arroz, pasta o pan. Menos comida rápida. Limitar
al máximo la COMIDA rápida y la bollería industrial (contienen mucha grasa y
calorías).
También es importante hacer
un buen desayuno PARA asegurarnos de que nuestro organismo obtiene los hidratos
de carbono que necesita por la mañana.
Buenos hábitos alimenticios. Establecer horarios fijos
para cada comida. Hay que acostumbrar al cuerpo a unos horarios y limitar el
picoteo ENTRE horas.
Planear las comidas con
antelación. Así suelen ser más equilibradas y COMPLETAS. Podemos establecer un
momento de la semana en el que diseñar el menú, y otro para comprar lo que
necesitamos.
Compartir al menos una
comida familiar. Es una OPORTUNIDAD para compartir nuestras experiencias del día a día en familia. Disfrutar de la cena todos
juntos. En el caso de que haya faltado fruta, verdura o proteínas en la comida,
todavía estamos a tiempo de compensar estas carencias.
Hacer las comidas más
originales y apetecibles. La monotonía en la mesa produce insatisfacción e
induce al picoteo.
2. BEBER AGUA
El 70% de nuestro cuerpo es
agua, imprescindible para eliminar toxinas e hidratar todos los órganos.
Apostar por el agua como bebida familiar es una opción de salud. Los zumos de
frutas naturales son una buena alternativa, pero no conviene abusar de ellos,
ya que contienen demasiados azúcares.
3. BUENAS COSTUMBRES EN EL COMER
Es la garantía de que toma
lo que necesita y APRENDEMOS a comer guiándonos por el hambre y no porque
"toca" o por ansiedad. Para favorecer la conexión con nuestras sensaciones
corporales, es importante:
Establecer un espacio
tranquilo en el que comer permita entrar en CONTACTO con la sensación de
saciedad. Una vez que ésta se produce en el estómago, tarda unos 20 minutos en
llegar al cerebro. Por eso no es bueno que comamos muy deprisa, ya
que, inconscientemente, estaremos consumiendo más de lo que
realmente necesita. Las comidas deben tener un ritmo pausado, pero no ser
eternas.
4. MENOS TELEVISIÓN
El tiempo que empleamos viendo
la televisión se lo estamos quitando a otras ACTIVIDADES necesarias y mucho MÁS
SALUDABLES.
Los niños pasáis frente a la
pantalla entre tres y cinco horas diarias, cuando lo recomendable es de una a
dos horas.
Conviene pactar un
tiempo máximo y buscar otro tipo de actividades para disfrutar del tiempo
libre.
5. MÁS ACTIVIDAD FÍSICA
El juego y el deporte son
aliados imprescindibles para el buen funcionamiento del organismo. Una hora de
ACTIVIDAD física moderada al día mejora sensiblemente el ÍNDICE de masa
corporal (relación entre peso y estatura) de los niños, incrementa su
rendimiento escolar e incluso su estado de ánimo. Pero no olvidéis:
Nunca debe convertirse en
una OBLIGACIÓN. Es más importante que divierta a que ayude adquirir habilidades.
Si gusta, será más fácil que lo hagamos. Diariamente, conviene
guardar un espacio de tiempo exclusivo para la actividad física.
Más activos en lo cotidiano. Podemos buscar
cualquier excusa para salir a la calle (pasear juntos al perro, sacar la
BASURA, bajarse del autobús una parada antes). Un simple paseo mejora el estado
cardiovascular tanto en los niños como en los adultos.
Organizar planes familiares
al aire LIBRE. Son una buena forma de dejar a un lado el ocio sedentario. Disfrutar con ellos. Para integrar la actividad física como una satisfacción, conviene generar un
recuerdo gratificante de ella.
Fuente: Dr. Juan Pedro
López-Siguero, responsable del Servicio de Endocrinología Pediátrica del hospital
Materno Infantil de Málaga